martes, 29 de mayo de 2018

DISCURSO GRADUACIÓN FELIPE CUESTA VARELA



Decía la escritora Isaak Dinesen que en las despedidas siempre hay algo de envidia hacia los que se van. Si eso es cierto en todas las despedidas, tal vez lo sea más en las que-como la de hoy-los que os vais, lo hacéis hacia algo tan interesante como el futuro, que para los que nos quedamos, tiene cada vez menos misterio.

Si os preguntásemos dentro de unos años que recordáis del instituto, seguro que mezclaréis los amigos, las risas, los enfados, el “siéntate bien y tira el chicle” con las ecuaciones, las sintaxis, los grandes hitos de la historia y de la ciencia, en definitiva con la cultura. De esta manera el “García Bernalt” ha cumplido su misión: enseñar, formar y sociabilizar, uniendo conocimiento con emociones, pues no hay auténtico conocimiento sin emoción, sin alma. De la misma forma que todas las emociones son modeladas por la cultura y la educación: la vida no es lo que empieza después de la clase de filosofía o tecnología…, la vida son también las clases. 

Ahora empezaréis una nueva etapa. No sé si es momento de consejos, pero creo que está en el ánimo de todos-padres y profesores-el deseo de que la nueva andadura la recorráis con…y aquí habría que poner palabras como esfuerzo, valentía, honradez etc. Yo voy a utilizar una que en cierto modo engloba a las otras: bondad. Que seáis buenas personas. Que miréis y escuchéis a los demás pues la sabiduría no solo es buscar incesantemente la verdad, sino preguntarse constantemente si uno puede estar equivocado. 

Esto que quiero decir, lo expresó mucho mejor que yo, un dramaturgo americano, William Saroyan, que en los años treinta, cuando el mundo se precipitaba a uno de sus momentos más siniestros, escribió lo siguiente que os leo pensando en vosotros:
“Mientras dure tu vida vive. Busca la bondad en todas partes y cuando la encuentres sácala de su escondite para que viva en libertad y sin vergüenza. Descubre en todas las cosas lo que brilla y no se puede corromper. No te consideres inferior a nadie y de nadie te creas superior. Recuerda que cada hombre es una variante de ti mismo. Mientras dure tu vida vive y en ese tiempo maravilloso, lejos de añadir miseria y tristeza al mundo…sonríe ante sus delicias y misterios infinitos” 

Bien, pues con este deseo de sonrisas futuras os despedimos hoy deseándoos a todos muchísima suerte.

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