Si os preguntásemos dentro de unos años que recordáis del instituto,
seguro que mezclaréis los amigos, las risas, los enfados, el “siéntate
bien y tira el chicle” con las ecuaciones, las sintaxis, los grandes
hitos de la historia y de la ciencia, en definitiva con la cultura. De
esta manera el “García Bernalt” ha cumplido su misión: enseñar, formar y
sociabilizar, uniendo conocimiento con emociones, pues no hay auténtico
conocimiento sin emoción, sin alma. De la misma forma que todas las
emociones son modeladas por la cultura y la educación: la vida no es lo
que empieza después de la clase de filosofía o tecnología…, la vida son
también las clases.
Ahora empezaréis una nueva etapa. No sé si es
momento de consejos, pero creo que está en el ánimo de todos-padres y
profesores-el deseo de que la nueva andadura la recorráis con…y aquí
habría que poner palabras como esfuerzo, valentía, honradez etc. Yo voy a
utilizar una que en cierto modo engloba a las otras: bondad. Que seáis
buenas personas. Que miréis y escuchéis a los demás pues la sabiduría no
solo es buscar incesantemente la verdad, sino preguntarse
constantemente si uno puede estar equivocado.
Esto que quiero
decir, lo expresó mucho mejor que yo, un dramaturgo americano, William
Saroyan, que en los años treinta, cuando el mundo se precipitaba a uno
de sus momentos más siniestros, escribió lo siguiente que os leo
pensando en vosotros:
“Mientras dure tu vida vive. Busca la
bondad en todas partes y cuando la encuentres sácala de su escondite
para que viva en libertad y sin vergüenza. Descubre en todas las cosas
lo que brilla y no se puede corromper. No te consideres inferior a nadie
y de nadie te creas superior. Recuerda que cada hombre es una variante
de ti mismo. Mientras dure tu vida vive y en ese tiempo maravilloso,
lejos de añadir miseria y tristeza al mundo…sonríe ante sus delicias y
misterios infinitos”
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