El título lo dice todo, como vino el famoso viaje, se fue... Pero se ha ido con todas las buenas experiencias con nuestros compañeros, con nuestros amigos, y sobre todo, con ese profesor que dio (y da) la cara por nosotros para que nos pudieran conceder este viaje.
Todo se desarrolló con normalidad los días del viaje.
El primer día tuvimos la gran suerte de llegar con una hora/hora y media de adelanto con respecto a la hora prevista, que luego perdimos con un follón que tuvimos en el Louvre con las entradas. En resumen, lo más significativo que vimos este día fue: El Louvre, Nôtre Dame, El Ayuntamiento de París, la iglesia de Sta. Madeleine, las proximidades de la Torre Eiffel, y el crucero por el Río Sena. Por el camino entre estas obras, también nos parábamos a ver los distintos puntos de interés de la ciudad.
Al segundo día nos levantamos a las 7:00, a pesar de nuestras protestas acerca de este punto, para llegar pronto al referente del absolutismo francés en estado puro: Versalles. En esta parada tuvimos una pequeña decepción. Os explico: este día, como recordaréis, era el jueves, día del trabajo en Europa, por lo que el museo estaba cerrado, teniendo que conformarnos con ver los jardines (que no dejan nada que desear).
Después de recorrer los inmensos jardines y laberintos de Versalles, nos dirijimos a la basílica del Sagrado Corazón de Jesús, (no lo pongo en francés porque esta lengua para mí es desconocida) situada en uno de los puntos más altos de la ciudad de París, desde el que se consigue una de las mejores vistas.
Todo se desarrolló con normalidad los días del viaje.
El primer día tuvimos la gran suerte de llegar con una hora/hora y media de adelanto con respecto a la hora prevista, que luego perdimos con un follón que tuvimos en el Louvre con las entradas. En resumen, lo más significativo que vimos este día fue: El Louvre, Nôtre Dame, El Ayuntamiento de París, la iglesia de Sta. Madeleine, las proximidades de la Torre Eiffel, y el crucero por el Río Sena. Por el camino entre estas obras, también nos parábamos a ver los distintos puntos de interés de la ciudad.
Al segundo día nos levantamos a las 7:00, a pesar de nuestras protestas acerca de este punto, para llegar pronto al referente del absolutismo francés en estado puro: Versalles. En esta parada tuvimos una pequeña decepción. Os explico: este día, como recordaréis, era el jueves, día del trabajo en Europa, por lo que el museo estaba cerrado, teniendo que conformarnos con ver los jardines (que no dejan nada que desear).
Después de recorrer los inmensos jardines y laberintos de Versalles, nos dirijimos a la basílica del Sagrado Corazón de Jesús, (no lo pongo en francés porque esta lengua para mí es desconocida) situada en uno de los puntos más altos de la ciudad de París, desde el que se consigue una de las mejores vistas.
Una vez acabada la visita a esta basílica, imitando al estilo bizantino por cierto, pusimos rumbo a los Inválidos, en los cuales tuvimos el mismo problema que con Versalles: estaba cerrado, así que algunos de nosotros nos quedamos sin ver la tumba de Napoleón Bonaparte.
Después de este chasco, nos recuperamos en seguida al saber una cosa...: nos estábamos encaminando hacia la Torre Eiffel. Cuando el ascensor fue subiendo, un cosquilleo nos recorrió a todos. Una vez se hubo parado, nos quedamos extasiados con la gran visión de la ciudad, Se distinguían todos los puntos que habíamos visitado (excepto Versalles). Fue como una sensación de ser por un instante los reyes de París.
Aquí voy a realizar una parada para que no se sature el blog. Con la crónica de estos 2 primeros días podéis haceros una idea de lo que fueron. En lo que yo termino el resto de la crónica, vosotros podéis ir dejando vuestros comentarios.
2 comentarios:
Bueno tengo que decirte Luis que ya esperaba con ganas tu “crónica de sucesos”.
Vamos a empezar. En el primer párrafo das las gracias a Paco, que por cierto bien se lo merece, por los dolores de cabeza que le habéis dado. Después de más de 12 horas de viaje en una “lata de sardinas”, llegasteis que ya es mucho. Por lo demás nada que decir, espero con impaciencia la 2ª parte de esta crónica, sobre todo porque tiene más carne o chicha.
Luis Alonso, "me encanta" tu crónica y espero que la termines, estoy deseando verla terminada.
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