Origen
e historia del Portal de Belén
Según los
expertos, las primeras expresiones gráficas de nacimientos se hallan en las
catacumbas romanas de Priscila en el siglo II.
La costumbre del Belén es muy antigua y proviene de la veneración a las reliquias del pesebre de Jesús, traídas a Roma desde Belén, si bien las características de algunos personajes como los pastores, los magos o Herodes provienen de las representaciones teatrales navideñas. A esto se añade la presencia de los signos que señalan el cumplimiento de las profecías sobre el nacimiento del Mesías o Salvador de los judíos ("el buey", "la mula", la estrella, etc.) , y las indicaciones derivadas de algunas visiones místicas.
Según los expertos, las primeras expresiones gráficas de nacimientos se hallan en las catacumbas romanas de Priscila en el siglo II. Hay una en la que se hace referencia al nacimiento de Jesús de forma directa, y muestra pintada una escena de la Virgen María sosteniendo en brazos al niño Jesús. Incluso en otras catacumbas, de los siglos III y IV, se pueden observar escenas de la Epifanía, con los Reyes Magos.
La tradición popular actual del belén, pesebre o nacimiento es mucho más reciente. Parece que fue San Francisco de Asís quien realizó la primera representación en Greccio. Después, Santa Clara la difundió por los conventos franciscanos de Italia y posteriormente la propia difusión de la orden contribuyó a la extensión del pesebre representado por seres vivos o figuras. El belén tradicional se parece muy poco al actual, pues es simbólico en vez de realista, tiene las figuras a distintas escalas, según su importancia, y dos planos, el celeste y el terrestre. Se acompañaba por aparatos diversos de iluminación, velas y candiles, y podía contener elementos que hoy resultan extraños como conchas y caracoles, animales salvajes, ermitaños, Adán y Eva, símbolos de la pasión, la cuna- catafalco, etc., todo ello de acuerdo con las ideas que se querían trasmitir, ideas que indicaban el comienzo de una nueva era, la de la Redención, y que Jesús Niño había nacido para morir por todos. Por ello, el belén recibía ofrendas y era el eje de una intensa vida espiritual, de canciones, danzas y representaciones. Posteriormente, el mundo simbólico del belén tradicional fue olvidado, sustituyéndose por el belén costumbrista o pintoresco, cuya más conocida manifestación es el Napolitano de figuras de maniquí, propias del siglo XVIII, con algunos ejemplos traídos por los Borbones españoles, que no alcanzaron el favor popular. El propio "Belén del Príncipe" se realizó a medias entre escultores italianos y españoles, quienes preferían esculpir figuras completas. En el siglo XIX se puso de moda el orientalismo, gracias a los viajeros románticos por Oriente Medio y Egipto, decantándose después por representaciones realistas, pero más árabes y beduinas que propias de la Judea del siglo I bajo la ocupación romana. El tamaño de las figuras de un belén depende del gusto de quien lo realiza, llegando incluso a ser de tamaño natural, si bien lo más general es que sean pequeñitas para poder montarlo en una sala o habitación del hogar. Este elemento invoca la fe de la familia y respondía a la originalidad de los encargados en montarlo.
Se hace uso de musgos para recrear los montes, utilizando trapos o cajas de cartón para dotar al belén de una orografía accidentada, papel de plata para simular riachuelos, y hojas y flores para hacer todo ello más natural. En ocasiones se recubre con harinas a modo de nieve. Las figuras principales se disponen en el portal, con el pesebre y completando todos los demás personajes, a excepción de la imagen del recién nacido que se reserva hasta la noche del 24 al 25 de diciembre y la de los Reyes Magos que se sitúan en escena en posición de viaje según el paso de los días navideños, hasta llegar el día de Reyes en que se simula su llegada al portal en posición de ofrenda y adoración al Niño Dios.
La costumbre del Belén es muy antigua y proviene de la veneración a las reliquias del pesebre de Jesús, traídas a Roma desde Belén, si bien las características de algunos personajes como los pastores, los magos o Herodes provienen de las representaciones teatrales navideñas. A esto se añade la presencia de los signos que señalan el cumplimiento de las profecías sobre el nacimiento del Mesías o Salvador de los judíos ("el buey", "la mula", la estrella, etc.) , y las indicaciones derivadas de algunas visiones místicas.
Según los expertos, las primeras expresiones gráficas de nacimientos se hallan en las catacumbas romanas de Priscila en el siglo II. Hay una en la que se hace referencia al nacimiento de Jesús de forma directa, y muestra pintada una escena de la Virgen María sosteniendo en brazos al niño Jesús. Incluso en otras catacumbas, de los siglos III y IV, se pueden observar escenas de la Epifanía, con los Reyes Magos.
La tradición popular actual del belén, pesebre o nacimiento es mucho más reciente. Parece que fue San Francisco de Asís quien realizó la primera representación en Greccio. Después, Santa Clara la difundió por los conventos franciscanos de Italia y posteriormente la propia difusión de la orden contribuyó a la extensión del pesebre representado por seres vivos o figuras. El belén tradicional se parece muy poco al actual, pues es simbólico en vez de realista, tiene las figuras a distintas escalas, según su importancia, y dos planos, el celeste y el terrestre. Se acompañaba por aparatos diversos de iluminación, velas y candiles, y podía contener elementos que hoy resultan extraños como conchas y caracoles, animales salvajes, ermitaños, Adán y Eva, símbolos de la pasión, la cuna- catafalco, etc., todo ello de acuerdo con las ideas que se querían trasmitir, ideas que indicaban el comienzo de una nueva era, la de la Redención, y que Jesús Niño había nacido para morir por todos. Por ello, el belén recibía ofrendas y era el eje de una intensa vida espiritual, de canciones, danzas y representaciones. Posteriormente, el mundo simbólico del belén tradicional fue olvidado, sustituyéndose por el belén costumbrista o pintoresco, cuya más conocida manifestación es el Napolitano de figuras de maniquí, propias del siglo XVIII, con algunos ejemplos traídos por los Borbones españoles, que no alcanzaron el favor popular. El propio "Belén del Príncipe" se realizó a medias entre escultores italianos y españoles, quienes preferían esculpir figuras completas. En el siglo XIX se puso de moda el orientalismo, gracias a los viajeros románticos por Oriente Medio y Egipto, decantándose después por representaciones realistas, pero más árabes y beduinas que propias de la Judea del siglo I bajo la ocupación romana. El tamaño de las figuras de un belén depende del gusto de quien lo realiza, llegando incluso a ser de tamaño natural, si bien lo más general es que sean pequeñitas para poder montarlo en una sala o habitación del hogar. Este elemento invoca la fe de la familia y respondía a la originalidad de los encargados en montarlo.
Se hace uso de musgos para recrear los montes, utilizando trapos o cajas de cartón para dotar al belén de una orografía accidentada, papel de plata para simular riachuelos, y hojas y flores para hacer todo ello más natural. En ocasiones se recubre con harinas a modo de nieve. Las figuras principales se disponen en el portal, con el pesebre y completando todos los demás personajes, a excepción de la imagen del recién nacido que se reserva hasta la noche del 24 al 25 de diciembre y la de los Reyes Magos que se sitúan en escena en posición de viaje según el paso de los días navideños, hasta llegar el día de Reyes en que se simula su llegada al portal en posición de ofrenda y adoración al Niño Dios.
Hoy se ha extendido la elaboración de
escenas fijas en cajones (los llamados dioramas), así como el belén de
embocadura, mientras que en las casas pueden aún encontrarse belenes realizados
con papel, corcho, vegetación del lugar y otras técnicas tradicionales.
Que cada día de tu vida pueda
estar
repleto de felicidad,
Que cada semana sea muy especial,
Que cada mes tus anhelos se hagan realidad
y que cada año puedas cosechar muchos éxitos.
¡Muchas felicidades en esta Navidad!
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