DIÁLOGOS CON ITALIA (II):
FELLINI
Con
motivo del proyecto “Erasmus plus” concedido a nuestro instituto voy a comentar
brevemente seis películas de Federico Fellini aprovechando, además, que se
cumplen los veinticinco años de su muerte
El
31 de octubre de 2018 hace veinticinco años que moría en Roma Federico Fellini
(1920-1993) uno de los más grandes directores de la historia. Su consideración
crítica ha sufrido los habituales vaivenes de todos los creadores con
personalidad: apreciado por público y crítica hasta mediado de los años
setenta, su obra sufrió una revisión a partir de ese momento. Hoy en día,
gustos personales a parte, siempre respetables, es estimado como un autor
insoslayable en la historia del cine. Sus veinticuatro filmes son consideradas
obras de arte (no exclusivamente del cine) del siglo XX. En este sentido solo
es comparable a directores como John Ford, Ingmar Bergman o Alfred Hitchcock
cuyas películas forman parte de las grandes manifestaciones artísticas,
cinematográficas o no, del siglo XX.
Por
supuesto es imposible ver hoy una película de Fellini en televisión. También es
imposible verla en un cine (salvo en filmotecas) ya que la palabra reestreno ha
desaparecido prácticamente de la exhibición, obsesionados como estamos, por las
películas de estreno, la mayoría de las veces consumidas y olvidadas
inmediatamente. Pero si alguien, en alguna forma de reproducción que respete mínimamente los
films (conserve el formato, se aprecie la fotografía, etc...) que desconozca el
cine de Fellini, puede acercarse a su “mirada”, se encontrará con un artista
descomunal, sensible, divertido, profundo y un gran creador de formas.
La
obra de Federico Fellini ha sido analizada de forma exhaustiva y excelente, desde
muchos puntos de vista: su evolución cronológica, sus temas (el circo, las
mujeres, la religión…) sus colaboradores (su mujer Giuletta Masina, el músico
Nino Rota, el diseñador Danilo Donati, el fotógrafo Giuseppe Rotunno etc..)
Este es mi pequeño homenaje, comentando brevísimamente -cada película merecería
un largo estudio- media docena de sus películas y recomendando su visión a todos los interesados por el cine.
“LA
STRADA” (1954) “La strada” cuenta la relación entre un rudo
hombre de circo, Zampano (Anthony Quinn)
y su ayudante la sencilla y poco inteligente, Gelsomina (inolvidable Giulietta
Masina) que se dedican a ir de pueblo en pueblo entreteniendo a la gente.
Cuando Zampano comete un crimen, Gelsomina caerá en la locura y será
abandonada. Años después Zampano se enterará de la muerte de aquella y
comprenderá la magnitud de su pérdida cuando ya es demasiado tarde. En un
momento de esta conmovedora y bellísima película, Gelsomina se pregunta por qué
existe ella ya que es fea, tonta y no sirve para nada...Un amigo le responde
que todos y todo somos importantes, incluso los guijarros del camino. El plano
siguiente, en la parte de atrás de la furgoneta, de Gelsomina guardando en sus
manos un guijarro de la carretera, es magnífico y un ejemplo del afecto de
Fellini por sus personajes desvalidos, dotándoles de dignidad. El rostro de
Giulietta Masina, en este filme capaz de reflejar toda la alegría y tristeza de
su vida, es ya un icono de la historia del cine.
“LAS
NOCHES DE CABIRIA” (1957) La película narra las ilusiones
de una prostituta, que cree ver en cada
uno de sus clientes el príncipe que le dará una nueva y mejor vida, decepcionándose continuamente pero no
perdiendo la esperanza. Fellini, se mantiene siempre en la cuerda floja entre
el humor y el drama. Al final cuando Cabiria cree haber encontrado al hombre de
su vida, éste la roba y la abandona. Mientras está llorando en un camino pasa
un grupo de jóvenes, saltando y cantando, a los que ella se une llorando y
riendo a la vez El plano final de Cabiria (soberbia Giulietta Massina) mirando
a la cámara, a la vez derrotada y triunfadora, forma parte ya de la memoria
colectiva de varias generaciones de espectadores. Pocas veces viendo una
película he sentido una emotividad “total” como en el final de este hermoso
filme. La película cuenta además con una gran puesta en escena -más elaborada
que “La strada” –llena de grandes momentos (a retener la atmosfera de la escena
de Cabiria con el mago, absolutamente magistral)
“LA
DOLCE VITA” (1960) Marcello Rubini (Marcello Mastroianni)
es un desencantado periodista romano que en busca de noticias y celebridades se
mueve por las fiestas que celebra la burguesía italiana de la época… Fededico
Fellini rueda una (otra) obra maestra en la que no se sabe si admirar más el
extraordinario guion o la excepcional puesta en escena. Cada una de las fiestas
por las que deambula Mastroianni merece un comentario detallado, todos los
temas, fama, política, arte, muerte, periodismo, religión…tienen su lugar en
esta película considerada por Indro Montanelli como la mejor película del cine
italiano y por el crítico Roger Ebert como uno de los diez filmes más
importantes de la historia. El baño de Anita Ekberg en la Fontana de Trevi es
una de las escenas icónicas de la historia del cine, pero solo es uno de los
momentos memorables de la película: el Cristo sobrevolando Roma, el paseo
nocturno de Ekberg con el gato, la supuesta aparición de la Virgen bajo una
lluvia torrencial nocturna, la fiesta en el castillo y la conversación “con las
paredes”, el hastío de la última fiesta, las conversaciones en Via Veneto, la
escena final en la playa…Cada escena tiene una atmósfera y una inventiva visual
que la hace inolvidable. “La dolce vita” es una obra cumbre de la historia del
cine.
“OCHO
Y MEDIO” (1963) La película cuenta los recuerdos, fantasías
y deseos de un director cinematográfico que se siente vacío, busca y no sabe
encontrar una nueva historia para su próximo filme. Una de las películas más
importantes, arriesgadas y personales de la historia y que más ha influido en el cine posterior.
Fellini habla de sí mismo con sinceridad y agudeza. La estructura sinuosa y
poética de esta obra maestra, explica lo que es la pulsión creativa: la
voluntad de expresión y todas las inseguridades, riesgos y neurosis que eso
conlleva. El filme no narra acontecimientos sino impresiones, tocando multitud de temas: religión, amor,
familia etc., los cuales forman el núcleo central del universo felliniano
“SATYRICON”
(1969)
Adaptación
de la obra de Petronio por parte de Federico Fellini, sobre las aventuras de
dos adolescentes en la antigua Roma. Fellini propone un viaje a la “Romanidad”.
En palabras del crítico José María Latorre: “un mundo donde la caridad y
conciencia- en el sentido cristiano de los términos-no existían. Con una
narración discontinua, unos personajes que se desplazan y agonizan en un
paisaje de belleza geológica (espléndidamente iluminado por Giuseppe Rotunno),
puede ser vista como un viaje al pasado, una película de cine fantástico o
incluso de ciencia-ficción”. El poderoso efecto que causa esta reflexión sobre
la vida y la muerte en el espectador es el resultado del talento, de Federico
Fellini, que se encuentra en plena
madurez y se nota que goza con la puesta en escena. Una obra maestra hipnótica.
“AMARCORD”
(1973) En Amarcord Federico Fellini llevó hasta el extremo los
planteamientos cinematográficos de películas anteriores: borrar la difusa línea
que separa lo vivido de lo imaginado, la realidad de la ficción. Crónica de una
pequeña ciudad italiana durante los días
del fascismo, es el relato agridulce de un aprendizaje de la vida, apoyado
sobre una sensacional descripción de tipos y ambientes. La película- aun
tratándose de una obra coral- se articula alrededor de la familia Biondi, en
particular de su hijo: su vida como estudiante, las pulsiones sexuales de él y
sus amigos…. Una obra maestra llena de momentos - como el paso del
trasatlántico o la nevada con el pavo real- inolvidables y donde la melancolía y
la ternura se mezclan con la zafiedad o la reflexión histórica de manera
francamente conseguida.
FELIPE CUESTA VARELA
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