martes, 9 de abril de 2024

LOS ALUMNOS TOMAN LA PALABRA

 

Nuestros alumnos han creado algunos mitos a partir del legado de las primeras civilizaciones y de la cultura grecolatina. Aquí os dejamos algunos. 


El Baile de Selene: Leyenda de las Mareas en Luminara.

En las antiguas tierras de Luminara, entre bosques ancestrales y ríos serpenteantes, se cuenta la leyenda de la Luna y las Mareas. En aquellos tiempos primitivos, cuando los corazones de los hombres latían al ritmo de la naturaleza, la Luna era una diosa radiante llamada Selene, cuyo amor por el mar era tan profundo como sus misterios.

Selene era una deidad benevolente y apasionada, pero su corazón a menudo se encontraba dividido entre la dulzura de la noche y el deseo de controlar el flujo del mar. En su constante lucha por equilibrar estas fuerzas, nacieron las mareas.

En el pueblo costero de Aurora, vivían dos amantes destinados a ser separados por las caprichosas mareas: Aelius, un pescador valiente y apasionado, y Lyra, una joven tejedora conocida por su dulzura y paciencia. Su amor floreció entre las luces plateadas de la luna, pero también se vio amenazado por su cambiante influencia sobre el mar.

Las noches de Luna llena eran momentos de éxtasis y desesperación. Bajo el resplandor de Selene, Aelius se aventuraba en el mar, desafiando las altas olas para capturar las criaturas del océano y asegurar el sustento para su amada Lyra. Pero, a medida que la Luna ejercía su poder sobre las aguas, las mareas se alzaban con furia, poniendo en peligro la vida de los marinos y sembrando el temor en el corazón de los habitantes de Aurora.

La ira de Selene, cuando sentía que el mar la desobedecía, era tan insondable como la profundidad del océano. En esos momentos de furia, las olas se elevaban hasta alcanzar proporciones monstruosas, devorando todo a su paso y dejando a su paso desolación y caos. Los habitantes de Aurora se veían obligados a refugiarse en lo alto de las colinas, rezando a los dioses por la misericordia de la Luna.

Pero en los momentos de calma, cuando Selene encontraba la paz en su amor por el mar, las mareas se retiraban suavemente, revelando tesoros ocultos en las profundidades y permitiendo que Aelius regresara a la orilla con las manos llenas de pesca fresca, para el deleite de Lyra y su comunidad.

Así, en los albores del tiempo, las mareas se convirtieron en el reflejo de los caprichos y las pasiones de Selene, dejando una marca indeleble en el destino de aquellos que vivían bajo su influencia en las costas de Luminara. Y aunque el amor entre Aelius y Lyra perduró a través de las tormentas y las mareas, siempre recordaron que su destino estaba atado al ciclo eterno de la Luna y el mar.

Nora Bustos (4ºESO A)


MITO DE LA NIEVE

 

Se dice que cuando la nieve cae es porque la lluvia y el cielo se han peleado.

Esta creencia surgió hace millones y millones de años. Se dice que cuando la Tierra recién se creaba, el cielo conoció a la lluvia. Esta tenía la tez pálida, el cabello blanco como las nubes y una mirada celeste y triste. El cielo se enamoró al instante y le confesó su amor. La lluvia y el cielo convivieron en paz durante un par de siglos, al igual que en un cuento de hadas. Él amaba más que nada a su mujer, pero, como nada dura por siempre, un día el cielo descubrió la infidelidad de su mujer, por lo que decidió apuñalar a la lluvia. Esta gritaba y sollozaba a causa de la herida en su brazo.

-Tienes un corazón de hielo, amada mía. -Murmulló el cielo, completamente destruido.

De los tristes ojos de la lluvia, comenzó a brotar una mezcla blanca, fría a más no poder. La mezcla cayó a la Tierra y cubrió su superficie, dándole nombre a la nieve.

Karla Alonso (2ºESOA)


LA LLUVIA DE ESTRELLAS

Hace mucho tiempo, en la era de los griegos, había un dios llamado Perseo que vivía en una constelación con su mismo nombre.

Él se encargaba de sostener las estrellas todos los días, pero, sin embargo, pesaban mucho y su fuerza no era capaz de mantenerlas.

Un día, Perseo tenía mucho calor, porque agosto se acercaba, y sus brazos temblaban del peso y de esa presión que le rodeaba. Entonces, llegó a un punto en el que no podía más, y por ello, dejó caer las estrellas. Él estaba preocupado por lo que podía pasar hasta que Eolo, el dios del viento, sopló con todas sus fuerzas para que las estrellas no chocaran contra la Tierra y quedaran desintegradas.

 

Clara Féliz Fragua (2ºESOA)


LAS ESTRELLAS

Un día una familia se fue a un camping de vacaciones, una noche se quedaron bajo las estrellas observando el cielo, a la niña le daba miedo la noche porque era muy oscura y su madre le contó cómo se formaron las estrellas.  Le dijo que cada una de las estrellas era un ángel que vigilaba a cada una de las personas, tanto por el día como por la noche y por eso hay estrellas, porque es el espíritu que nos protege a cada uno de nosotros.

Después de lo que dijo la madre, la hija se quedó mirando las estrellas y dijo: ´´Ya no tengo miedo, ya he encontrado a mi ángel´´.

Coral Macías (2ºESO A)


1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encantan estos textos, son muy buenos y bonitos. Da gusto poder leer producciones de los alumnos con voz propia. Gracias, Pilar.