La
incubación artesanal de los huevos de gallina es un gran trabajo que requiere
de un esfuerzo no menor. Las condiciones necesarias para el calentamiento del
huevo de estos pequeños animales son
bastante específicas: se necesitan unos requerimientos de humedad, temperatura,
movimiento del huevo y aireación. En la naturaleza, todas estas necesidades son
solventadas por las madres. Pero, ¿cómo provocar el nacimiento de estos
diminutos seres de forma artificial? ¿Cómo resolver los problemas referentes a
esas condiciones?
Pues
bien, durante la clase que hemos pasado con Leopoldo, hemos aprendido cómo
había resuelto estas cuestiones para
criar los pollos.
En un principio, usó un dispositivo para mover
los huevos que poseía un ventilador de ordenador para cambiar el aire.
Introdujo el dispositivo en un horno que poseía la temperatura adecuada y
usando la evaporación del agua consiguió la humedad relativa conveniente.
Un
año después, perfeccionó el proceso y pasó a usar incubadoras industriales,
obteniendo, de ese modo, mejores resultados. Estos pollos son el magnífico
resultado de su trabajo.
José Antonio Sánchez 1ºCTA
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