A la autora le encanta utilizar la ciencia ficción como herramienta metafórica para hablar de la condición humana, del hoy y de las obsesiones. Este relato en forma de cuento le ayuda, a su juicio, a emocionar de una manera más completa. Para ella, en la vida cotidiana nos perdemos viendo los árboles y en este tipo de libros se puede ver el bosque.
Esta es la primera novela de la periodista en la que el amor tiene un papel esencial. La protagonista, consciente de la cuenta atrás que marca su existencia, siente la necesidad de buscar el amor, pero a la vez tiene miedo a comprometerse.
Rosa nos habló de sus orígenes madrileños, de su madre ama de casa y de un padre torero que le enseñó a amar a los animales, de su llegada al diario "El País" en los convulsos años 70, de su compromiso con la política, las causas sociales, el medio ambiente y especialmente de la pérdida sentimental tras la muerte de su pareja-Luis Landero.
La muerte es un "trámite" en palabras de la escritora y en esta obra el cronómetro y la cuenta atrás hacia la muerte conviven con una vida de clones que podrían ser el mundo que tendrá la Tierra en el año 2100 cuendo sucede esta trama.
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