El pasado 23 de octubre pasamos una extraordinaria jornada de convivencia con los alumnos de 1º de ESO. Fuimos a visitar LA RUTA DEL AGUA, un circuito idílico que se encuentra en el parque natural de Las Batuecas- Sierra de Francia.
El sol y la temperatura templada hicieron que nuestra ruta resultara muy agradable.
Comenzamos nuestra ruta a las afueras de Mogarraz, una bella localidad muy cuidada con elementos rústicos y flores que sirven para ambientar y decorar sus calles.
Durante la primera parte del trayecto disfrutamos de sombríos bosques de alisos, castaños y robles, regados por corrientes de agua fresca. En este entorno natural, algunas esculturas de destacados artistas, realizadas con materiales diversos, como bronce, hierro, pizarra y granito, adornaban el verde paisaje.
Llegando casi a Monforte paramos a descansar y a comer algo para reponer fuerzas.
El camino estaba sembrado de bayas rojas, como los madroños, y de setas, algunas venenosas, como esta familia de amanitas.
Montse y Julián estaban tan cansados que si no llega a ser por Juan y María Teresa, no hubieran llegado al final del recorrido.
¡Sus ánimos les empujaron a la meta!
De los 7 kilómetros de recorrido, el más duro fue el último, con una fuerte pendiente que recorrimos a paso de caracol.
¡Por fin encontramos una fuente de agua fresca que casi vaciamos entre todos!
Mogarraz es un bello pueblo con un arquitectura uniforme. Sus paredes, de ladrillo, cemento y madera se adornan con elementos de forja tanto en comercios como en establecimientos hoteleros. Sus calles, estrechas y empedradas tienen carteles tan curiosos como este:
Por las calles del pueblo pasea el cerdo que se sortea por San Antonio, en el mes de enero. Nos hizo mucha gracia verlo tan de cerca y poderlo tocar, tan manso y tan gracioso...
Otra de las curiosidades del pueblo la observamos en casi todas las fachadas de la localidad. Se trata de la exposición al aire libre RETRATA2, del pintor Florencio Maíllo que, basándose en fotos de carnet de identidad, ha retratado a más de 300 habitantes.
Al finalizar nuestra visita nos encontramos con un curioso museo de antigüedades, también al aire libre, en el que las piezas colgaban, literalmente, de una fachada particular, y en la que pudimos encontrar aperos de labranza y otros objetos cotidianos, como trébedes, bliendos, manceras, máquinas de coser, planchas, etc.
Nuestra segunda parada fue en la Alberca. Tan solo nos dio tiempo a visitar la Iglesia. Su sacristán, don Valentín, nos explicó, muy amablemente, algunas de las curiosidades que guarda el templo, como el púlpito de granito policromado, del siglo XVI. También nos habló de la calavera que lo adorna y del osario de la fachada exterior, desde la cual, todas las noches del año, se reza a las ánimas.
|
Don Valentín, el sacristán |
|
Calavera del púlpito
|
|
La señora María, de la Alberca |
|
Osario de la iglesia de la Alberca |
Después de esta visita tuvimos una media hora de tiempo libre para tomar algo y para que los alumnos disfrutaran de la plaza del pueblo.
A las dos y media de la tarde llegamos, por fin, al merendero. Tanto el cocinero-director, Joan Miquel, que ha hecho gala de sus raíces valencianas, como sus ayudantes, los padres y madres de alumnos, nos tenían preparada una riquísima paella para unas 100 personas. Ingredientes de calidad, excelente coordinación y buen apetito. MATRÍCULA DE HONOR. El AMPA nos deleitó con zumos, dulces de chocolate y tartitas de manzana. Les agradecemos, desde aquí, su inestimable colaboración. Fue el broche final de un gran día.