La avaricia rompió el saco, este típico refrán español me sirve para deciros que es lo que les ha pasado a los bancos por ser tan avarientos dando hipotecas basuras a cualquiera que se lo pedía. Ahora que se ven de mierda hasta el cuello, intentan que el Estado, es decir, que todos salvemos a los bancos. A mí los bancos me asombran, porque cuando ganaban dinero se callaban las ganancias y se enriquecían a costa nuestra, pero ¿por qué ahora tenemos que ir en su ayuda? ¿Y el dinero que han ganado, dónde está? Voy a poner un ejemplo para que lo entendáis. Por ejemplo, el banco ING DIRECT (estamos cansados de ver anuncios suyos por todas las cadenas de tv): había rumores entre los inversores de que este banco podría quebrar, y después el país donde tiene su sede principal le inyectó millones de euros. Pues bien, al día siguiente, en la bolsa recuperó todo y más de lo que le había inyectado el Estado. ¿Y bien? ¿Qué hacemos ahora, le quitamos el dinero que se le ha inyectado o se lo damos como un “pequeño regalo”?
Mientras los ciudadanos se asfixian por ajustarse tanto el cinturón, el Estado va regalando dinero, que se recauda de nuestros impuestos y se lo da a manos corruptas, privadas e inseguras. Puede que en 2009 retrocedamos 80 años y volvamos al 24 de octubre de 1929, es decir, al crack del 29 de la bolsa de Nueva York.
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