sábado, 12 de enero de 2008

EN EL RECUERDO


Dalí, Lorca y Pepín Bello__________ Ángel González

ESO ERA AMOR
Le comenté:

-Me entusiasman tus ojos.
Y ella dijo:
- ¿Te gustan solos o con rimel?
- Grandes, le respondí sin dudar.
Y también sin dudar me los dejó en un plato y se fue a tientas. (Ángel González).

Dos almas de un tiempo pasado se nos han ido, dos testigos de una época, dos corazones ardientes, dos recuerdos. Casi al tiempo, PEPÍN BELLO y ÁNGEL GONZÁLEZ se nos han marchado para siempre. El primero, testigo vivo de la Generación del 27, el último que nos quedaba, amigo de Lorca, Dalí, Picasso, Aleixandre, Cernuda... El segundo, Ángel, poeta de la Generación de postguerra, la de los años 50, los NOVÍSIMOS, como los bautizó su amigo Castellet en la primera antología que se publicó sobre ellos: Ángel González, Claudio Rodríguez, José Ángel Valente, Jaime Gil de Biedma... ¡Adiós, amigos, siempre nos quedarán los recuerdos y vuestros versos!

1 comentario:

ricardo dijo...

Gracias, Mara, de todo corazón, por tu inesperada, pero agradabilísima visita. Ha sido muy comentada entre profesores y alumos de este centro, ¡y con "ohs" de admiración! Supongo que en muchos de ellos vas a tener fieles seguidores, sea a través de tu blog "La Coctelera" o en TVE2. Como una perla de intercambio, tomando como excusa las maravillosas palabras de Ángel González, ahí va uno de sus inéditos que, con toda seguridad habrás leído en la prensa.
NUNCA
¿Hemos de sacrificar a la doncella
en el altar de un dios que reclama su sangre
para confirmar su poder sobre nosotros,
y comprobar que su grandeza
no sufre menoscabo con el paso del tiempo?
Rómpase la grandeza del dios en mil pedazos,
que la lepra corroa la púrpura que cubre
su soberbia figura,
y que su eternidad se reduzca a ceniza.
Y prevalezca la sencilla gracia
de la doncella viva, fugaz, irrepetible,
su sonrisa tan clara,
su alegría
que ella no sabe efímera, y por tanto
es en su ser presente inmortal un instante.