lunes, 7 de abril de 2008

EL SHOWMAN DEL QUIMICEFA Y EL CARDIÓLOGO HUMANISTA



En una muy hermosa y atractiva charla informal entre Pablo Motos (¡sí, el mismo, el de "El hormiguero" de canal 4!)y el famoso cardiólogo y humanista español Valentín Fuster, éste reflexionaba sobre sí mismo, la vida y el mundo. Sólo quiero transcribiros alguno de sus pensamientos, por si nos valen para meditar. Os invito, además, a que intentéis leerla completa en el País Semanal del 30 de marzo de 2008.
Dice:
Mientras cruzamos el jardín del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares CNIC), Pablo Motos, recién salido del gimnasio, detalla el reto que le ha lanzado una conocida revista deportiva masculina para salir en su portada en un plazo de tres meses. Básicamente, tiene que currárselo bajo la supervisión de varios entrenadores. "He aprendido cosas tan tontas como que los lunes es un mal día para utilizar las máquinas para hacer ejercicios de pecho, porque la gente quiere reafirmarlo tras faltar el fin de semana; siempre hay cola". A sus 42 años, hace dos que decidió hacer media hora de gimnasia en casa todos los días. Pero nada que ver con esto. Su programa diario, "El hormiguero", se ha convertido en el más visto en Cuatro, con un promedio del 10% de share. Y, claro, está empezando a sufrir la presión de mantener la audiencia. Nos hemos citado con el doctor Valentín Fuster, presidente de la Asociación Mundial de Cardiología y del CNIC, que nos ha abierto un hueco en su apretada agenda en su visita semanal a Madrid desde Nueva York.
Aunque uno viva de cara al público y el otro se deba a sus pacientes, el presentador y el doctor tienen muchos puntos en común. Ambos han optado por divulgar la ciencia de una manera cercana a la gente y se preocupan particularmente por la infancia. Motos ha organizado conciertos de "músicas minúsculas" y escrito libros de humor para destinar los beneficios a la Federación Española contra la Fibrosis Quística. Y el doctor Fuster desarrolla en la actualidad un proyecto educativo en el programa Barrio Sésamo de Colombia para fomentar la salud y la tolerancia. También estudia por qué en la isla de Granada, una apacible comunidad del Caribe, el índice de infartos de los últimos 25 años iguala al de la ciudad de Nueva York.
Instalados en un despacho acristalado, Motos intenta dilucidar cómo influye la velocidad a la que vivimos en nuestra felici¬dad. Y se refiere a una tribu de Tanzania, los wagogo, cuyos miembros conviven las 24 horas del día con una música que denominan "el ritmo del corazón': Aseguran que cualquier persona que viva al ritmo del corazón es imposible que sea infeliz. "Es un concepto muy interesante',' replica el doctor, "Pero antes tendríamos que definir qué es la felicidad. Para mí tiene que ver con la satisfacción con uno mismo, con nuestra capacidad para dominar las situaciones. Mi padre decía: 'Prepárate, porque todo va mal; pero aprovecha lo que va bien' La paradoja es que vivimos en un mundo acelerado, sobre todo, por la tecnología, la economía y la competitividad. El problema está en si tú tomas este tren que pasa a gran velocidad y no sabes dónde andas o si decides seguir el ritmo de tu corazón':
Tras una charla magistral, Motos subraya que viene con un objetivo muy claro: conseguir la receta que le ayude a afrontar los retos de esta frenética vida. El doctor Fuster toma una libreta y apunta: "Se resume en cuatro Ts. Uno, Tiempo para pensar. Yo cada mañana me levanto a las cinco de la mañana y me tomo un buen tiempo en mi despacho sin hacer nada. Dos, encuentra tu Talento. Tres, Transmite positividad; todos tenemos un ángel y un diablo, hay que estar constantemente reforzando la parte positiva, trabajando para la sociedad. Y cuatro, Tutorar: siempre que alguien más joven te pregunte, párate a responder, porque el futuro de este mundo les pertenece a ellos. Ten',' arranca la hoja, "guárdatela bien. Espero que te sirva'.

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